En los últimos años, el mundo del fútbol fue incorporando sus propias iniciativas de memoria. Generalmente iniciadas por el empuje de grupos de hinchas o por acciones individuales de jugadores y técnicos, fueron ganando un lugar en la estructura de los clubes, muchos de los cuales crearon comisiones por la memoria, luego articuladas en la Coordinadora de Derechos Humanos. Así, comenzaron a convivir banderas colgadas en las tribunas o murales pintados en las inmediaciones de las canchas, con otro tipo de iniciativas más institucionales como la restitución de carnets de hinchas desaparecidos o la destitución de represores como socios honorarios.